Principales aspectos a tener en cuenta al seleccionar guantes de laboratorio: Protección, precisión y comodidad
Los guantes son uno de los elementos más imprescindibles del equipo de protección individual (EPI) en un entorno de laboratorio. No solo protegen a los científicos e investigadores de los riesgos conocidos y desconocidos, sino que también protegen el proceso científico.
Analice estas estadísticas
- Se ha demostrado que el uso de guantes reduce el riesgo relativo de lesiones en un 60%
- El 30% de las personas que sufrieron una lesión en la mano llevaban el tipo de guante equivocado
- Los costes indirectos de una lesión pueden ser de 4 a 10 veces el importe de los costes médicos directos
- El tiempo medio de baja laboral por una lesión en la mano es de seis días
Esto hace que seleccionar el guante correcto sea algo tan importante como difícil. Según un artículo de Health & Safety International: «incluso pequeñas deficiencias en el diseño de los guantes pueden reducir el agarre, la resistencia y la destreza manual». Además, el guante debe ser el adecuado para la finalidad prevista sin poner en peligro la protección, la precisión ni la comodidad.
Por ejemplo, los guantes más gruesos pueden proporcionar el nivel correcto de protección química pero pueden reducir la destreza y afectar la capacidad del usuario para realizar una tarea concreta. Por lo tanto, los científicos pueden elegir alternativas más finas que permiten una destreza adecuada pero comprometen la protección, y además, deben reemplazarse de forma más frecuente. Y lo que es peor, pueden optar por no usar guantes en absoluto, arriesgándose a sufrir lesiones o a exponerse a productos químicos.
La selección eficaz de los guantes respeta el equilibrio entre la protección, la precisión y la comodidad sin dejar de ser adecuados para su aplicación final. Estos tres atributos son fundamentales pero son difíciles de conseguir en una sola solución de protección para las manos.
Criterios de selección de los guantes
A primera vista, a muchas de las personas a cargo de la elección de soluciones de protección para las manos les puede resultar difícil diferenciar el sinfín de opciones disponibles. No todos los guantes pueden proteger la integridad de sus procesos científicos y la seguridad de las personas que los llevan a cabo.
"Las apariencias pueden ser engañosas por lo que es esencial realizar una evaluación de riesgos adecuada antes de seleccionar la solución deseada."
¿Cuáles son los criterios?
Protección
El personal de laboratorio se expone regularmente a una serie de agentes químicos. Según un estudio internacional sobre seguridad, el 21% de los encuestados indicaron que se habían lesionado en más de una ocasión en el laboratorio. Además, en una encuesta sobre los EPI en los laboratorios, el 85% de los encuestados afirmó que el cumplimiento de las normas, es decir, conseguir que la gente se proteja de la exposición a productos químicos o a patógenos transmitidos por la sangre era su mayor reto. Esto pone de manifiesto el importante papel que desempeña la protección a la hora de seleccionar los guantes. Sin embargo, la protección no significa lo mismo para todos. Es preciso también determinar el nivel de protección necesario en función del uso previsto. Estas son algunas preguntas que es necesario formular:
- ¿Se requiere protección contra una amplia gama de productos químicos de laboratorio incluidos los fármacos citotóxicos?
- ¿Es necesario que los guantes ofrezcan protección contra salpicaduras químicas o protección contra la inmersión total?
- ¿Se fabrican con materiales que reducen el riesgo de reacciones alérgicas?
- ¿Se realizan tareas que requieren un alto nivel de durabilidad? ¿Protegen contra lesiones como pinchazos y laceraciones por rotura de cristales?
Si la respuesta a todas estas preguntas es «no», siga buscando. Si la respuesta a todas es «sí», puede marcar la casilla de protección. Evaluemos ahora las otras dos consideraciones clave.
Precisión
Una buena ergonomía es fundamental para el rendimiento de los guantes y para satisfacer las necesidades del usuario. Los procedimientos habituales de laboratorio, como el pipeteo, el trabajo con microscopios, el manejo de micrótomos y el uso de cámaras de recuento y terminales de visualización de vídeo pueden poner a los investigadores en riesgo de sufrir lesiones por movimientos repetitivos. Estas lesiones se desarrollan con el tiempo y se producen cuando los músculos y las articulaciones se sobrecargan, los tendones se inflaman, los nervios se pinzan y se restringe el flujo sanguíneo. Por eso, es esencial seleccionar guantes con características de precisión que reduzcan el riesgo de fatiga muscular y favorezcan un buen agarre en seco y en mojado. Para un entorno de laboratorio busque guantes que sean finos pero que protejan y que ofrezcan sensibilidad táctil y una mayor destreza gracias a características como las puntas de los dedos texturizadas.
Comodidad
Según un artículo publicado en Health & Safety International, la incomodidad de los guantes se ha relacionado con un menor cumplimiento de las normas y un mayor riesgo de lesiones. El artículo afirma además que: «los materiales incómodos de los guantes pueden reducir la circulación sanguínea, provocar entumecimiento, limitar el movimiento de los dedos y las manos, provocar fatiga muscular y reducir el rendimiento laboral». Por lo tanto, resulta fundamental considerar una solución de guantes que aplique los principios ergonómicos durante la fase de diseño, basándose en las necesidades y características de los usuarios a los que va dirigido el guante. Un método para garantizarlo es seleccionar guantes que ofrezcan una comodidad ergonómica certificada.
Los guantes y la sostenibilidad
Debido a su prevalencia en los laboratorios y al hecho de que los trabajadores pueden utilizar varios pares en el transcurso de un día, los guantes son un gran factor del flujo de desechos sólidos de un laboratorio. Por ejemplo, si un trabajador de laboratorio se cambia los guantes tres veces al día, eso equivale a 30 guantes por semana o a más de 1500 guantes por persona al año. Si un trabajador utiliza doble guante, esa cantidad será aún mayor: más de 13,6 kgs. de guantes por trabajador al año, una cantidad de desechos que realmente puede acumularse.
Una auditoría realizada por la Universidad de Washington reveló que el 22% de sus desechos de investigación eran guantes de nitrilo. Una evaluación de los desechos de laboratorio de la Universidad de California en Santa Cruz reveló que los guantes de nitrilo constituían la mayor parte de los desechos de laboratorio destinados al vertedero.
Hay soluciones para hacer frente a esto. Busque un programa auditable dirigido por el fabricante que desvíe los guantes usados del vertedero mediante el reciclaje. RightCycle de Kimberly-Clark Professional™ es uno de esos programas. Desde 2011 ayuda a grandes corporaciones internacionales, centros de investigación, universidades, organizaciones sin ánimo de lucro y una serie de empresas a recoger sus EPI usados y convertirlos en nuevos bienes de consumo. Hasta la fecha, el programa ha recuperado más de 1670 toneladas métricas de desechos que irían a parar al vertedero.
Para obtener más información sobre cómo elegir una protección para las manos que cumpla todos los requisitos de precisión, protección, comodidad y sostenibilidad visite el programa de sostenibilidad del Fisher Scientific Channel de Fisher Scientific.
Kristin Barrett es directora de marketing científico de EMEA para negocios científicos globales de Kimberly-Clark Professional™.
Contenido facilitado por: