Amazonia, el corazón de la madre tierra

Patricia Sánchez Carrillo

Introducción

La Amazonia es considerada como la mayor fuente de vida de nuestro planeta, ya que alberga el mayor bosque tropical del mundo. El complejo funcionamiento de su ecosistema desempeña un papel fundamental en el equilibrio del clima global, ya que los millones de árboles que lo componen absorben dióxido de carbono y liberan oxígeno a la atmósfera. Es, por tanto, también una pieza clave en la regulación del ciclo del carbono. Podemos deducir entonces que la tala indiscriminada de sus árboles afecta directamente al cambio climático.

Los ríos que integran la red fluvial amazónica constituyen la mayor reserva de agua dulce de la Tierra. Esta vasta cuenca hidrográfica, junto con la inmensa vegetación del bosque tropical, conforma lo que se denomina comúnmente como "los pulmones del mundo". Además, la Amazonía también es considerada el “corazón de la madre tierra”, puesto que es capaz de bombear humedad y transportar agua hasta el interior del continente, mucho más allá de la cordillera de los Andes. Este fenómeno no se produce a través de los ríos terrestres como cabría esperar, entonces ¿cómo es posible transportar agua a tan larga distancia si no es por la superficie?

Algunas generalidades de la Amazonia

La Amazonia acoge mayor selva tropical del planeta. Sus ríos vierten entre un 15% y un 16% de agua dulce a los océanos del mundo, siendo el río Amazonas el más importante. El recorrido del Amazonas comienza en Perú, donde nace, y termina desembocando en Brasil, donde sus aguas se mezclan con las del océano Atlántico a lo largo de más de 100 km. Fluye a lo largo de más de 6.400 kms con un caudal medio de 225.000 m3 por segundo. En términos de territorio, cubre 7 millones de km2, incluyendo nueve países (Brasil, Perú, Bolivia, Colombia, Guayana Francesa, Venezuela, Ecuador y Surinam).

La biodiversidad de la Amazonia es incomparable. Esta selva alberga una impresionante variedad de vida silvestre, que incluye 427 especies de mamíferos, 1.300 especies de aves, 378 especies de reptiles y más de 400 especies de anfibios. Destaca por ser la mayor reserva de aves del mundo, con una quinta parte de todas las especies avícolas conocidas a nivel mundial. Además, su riqueza se extiende a los peces de agua dulce que encuentran su hogar en este ecosistema. En cuanto a la flora, esta reserva natural alberga aproximadamente el 20% de todas las especies vegetales conocidas en el mundo, hasta un total de 80.000 variedades. Más de 40.000 de estas especies son clave para la regulación del clima global y el ciclo del agua a nivel local.

El ciclo del agua en la Amazonia

Es fundamental destacar la importancia del ciclo del agua en la Amazonia, caracterizado por sus elevadas tasas de precipitación, evaporación y descarga fluvial. Su hidrología tiene un impacto no sólo local sino también a escala global. En resumen, gran parte del caudal del río Amazonas procede del deshielo de los glaciares peruanos. La humedad que se genera en la selva amazónica se debe al fenómeno de la transpiración, por el que las hojas liberan vapor de agua durante la fotosíntesis a través de pequeños poros que se encuentran en la parte inferior de sus hojas. Esta capacidad de las plantas para extraer agua y producir vapor contribuye a la formación de nubes bajas que, a su vez, generan precipitaciones. La acumulación de estas nubes da lugar a los conocidos "ríos voladores de la Amazonia", que transportan agua hacia el interior del continente, motivo por el cual se considera a Amazonía como el “corazón de la madre tierra”.

Ríos voladores

El primer científico que cuantificó el reciclado de las precipitaciones fue Enéas Salati en los años setenta. Posteriormente, otros investigadores y discípulos de Salati, como José Marengo, describieron los flujos de aire de Sudamérica como "chorros de bajo nivel". Fue el científico Antonio D. Nobre quien popularizó el término "ríos voladores" para describir las enormes corrientes de vapor de agua que surgen de la exuberante vegetación amazónica y viajan miles de kilómetros como ríos en el cielo. Sus trabajos fueron decisivos para comprender y poner de relieve la importancia de estos fenómenos atmosféricos únicos.

Si tenemos en cuenta que cada árbol funciona como una máquina de evaporación impulsada por energía solar, capaz de transpirar hasta una tonelada de vapor de agua, y consideramos que la Amazonia alberga alrededor de 600.000 millones de árboles, podemos comprender la magnitud del fenómeno. En total, los árboles de la selva amazónica bombean la asombrosa cantidad de 20.000 millones de toneladas de agua del suelo a la atmósfera. Este proceso mantiene el agua en el aire, donde es transportada por los vientos dominantes a lo largo de miles de kilómetros, dando lugar a "ríos voladores" de vapor de agua invisible que alcanzan un caudal superior al del propio río Amazonas.

Sin embargo, el papel del "corazón de la madre tierra" va más allá de nutrir la Amazonia, ya que también influye en las precipitaciones mucho más allá de la selva tropical. Cuando estos ríos voladores llegan a la cordillera de los Andes desatan fuertes lluvias y los árboles interceptan estas aguas y las devuelven a la atmósfera, alimentando así glaciares y lagos a gran altitud.Posteriormente, esta agua, mediante el proceso de deshielo, retorna al Amazonas, como si se tratara de un gesto de gratitud por la provisión recibida.

Además, los ríos voladores también se desplazan hacia el sur, llevando la humedad hasta Paraguay, Argentina, el centro y sur de Brasil y otras regiones de Sudamérica. Esta distribución de la humedad es vital para sostener gran parte de la agricultura en Sudamérica y garantiza el suministro de agua potable, poniendo así de relieve el papel crítico del "corazón de la madre tierra" en el sostenimiento de la actividad humana.

¿Cómo afecta el cambio climático a los ríos voladores?

Es un hecho ampliamente reconocido que el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero y la continua deforestación de las últimas décadas han generado un desequilibrio tanto energético como hídrico en la atmósfera. Este fenómeno no sólo altera los patrones meteorológicos globales, sino que también podría tener repercusiones directas en el transporte de humedad amazónica en Sudamérica, un proceso vital para el equilibrio climático regional y la biodiversidad asociada.

Para comprobarlo se llevó a cabo una investigación1 en la que se analizó cómo la deforestación local de la Amazonía y el aumento de la concentración atmosférica de gases de efecto invernadero podrían estar afectando al transporte de humedad de los ríos voladores, y los resultados no han sido positivos. Se observó que el aumento de la concentración de CO2, uno de los principales gases de efecto invernadero de origen antropogénico, induce una disminución de la conductancia estomática, es decir, que disminuye la evapotranspiración y, por tanto, se libera menos humedad a la atmósfera. Lo que se traduce en una disminución del transporte de agua por los ríos voladores. Por ejemplo, se observó que el transporte de agua de estos ríos aéreos desde la cuenca del Amazonas a La Plata se redujo en un 10%.

La deforestación del bosque tropical ha provocado una disminución de aproximadamente el 20% de la cubierta vegetal, que ha sido sustituida por aproximadamente un 5% de sabana y desierto. Esta reducción del bosque tropical junto con el incremento de temperatura de 2°C da como resultado un ciclo hídrico más débil y, por tanto, menos precipitaciones. De esta forma, se ha demostrado que el transporte de humedad desde la selva amazónica hacia Sudamérica a través de los ríos voladores se ha visto afectado por el aumento de la temperatura, junto con la deforestación del Amazonas y el aumento de los gases de efecto invernadero.

Según otra investigación reciente2, la deforestación acumulada del 20% marca un punto crítico, lo que significa que los niveles de deforestación y degradación del bosque amazónico ya han superado un umbral significativo. Esto plantea una importante pregunta: ¿nos encontramos cerca o lejos de alcanzar los límites seguros para la conservación del bosque tropical continuo más grande del planeta? Las estimaciones realizadas sugieren que para el año 2050, entre el 10% y el 47% del bosque tropical amazónico podría desaparecer, lo que subraya la urgente necesidad de medidas efectivas de conservación y protección.

Conclusiones

La deforestación, el aumento de la temperatura global y el incremento de los gases de efecto invernadero nos colocan en una situación crítica para la conservación de la Amazonia, el mayor bosque tropical del planeta. Tenemos que intentar evitar la deforestación a gran escala de la Amazonia, ya que no sólo tendrá consecuencias para la regulación del clima a nivel mundial, sino que también repercutirá específicamente en las condiciones económicas y sociales de Sudamérica. La pérdida masiva de árboles y el aumento del dióxido de carbono atmosférico se traducen en una disminución de la humedad y del caudal de los ríos voladores. La ausencia de estos increíbles sistemas no sólo afectaría al clima global, sino que también afectaría de forma muy particular al ciclo del agua y a la agricultura de Sudamérica. Es esencial tener en cuenta que la desaparición de la selva amazónica supone no sólo la pérdida de una diversidad biológica inestimable, sino también la erosión de la riqueza cultural de la región. En la Amazonia viven aproximadamente 47 millones de personas, entre ellas 2,2 millones de indígenas y miembros de comunidades locales, que representan a unas 400 etnias y culturas distintas. Su desaparición tendría, por tanto, un grave impacto tanto en el equilibrio ecológico como en la preservación de un patrimonio cultural único. Si causamos daños irreversibles a la selva amazónica, los "ríos voladores" cesarán su caudal y "el corazón de la madre tierra" dejará de bombear agua, lo que provocará un grave desequilibrio climático a escala mundial. La preservación de este ecosistema es esencial para mantener la estabilidad medioambiental y climática de nuestro planeta.

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Referencias

1. Ruv Lemes M, Sampaio G, Garcia-Carreras L, et al. Impacts on South America moisture transport under Amazon deforestation and 2 °C global warming. Science of The Total Environment 2023; 905: 167407. https://doi.org/10.1016/j.scitotenv.2023.167407.

2. Flores BM, Montoya E, Sakschewski B, et al. Critical transitions in the Amazon forest system. Nature 2024; 626: 555–564. https://doi.org/10.1038/s41586-023-06970-0.

Amazon, the Heart of Mother Earth