Ácidos orgánicos e inorgánicos adecuados para una amplia variedad de aplicaciones de laboratorio. Los productos están disponibles en forma sólida y líquida y en diversos valores de pH, cantidades, grados reactivos y purezas.

Los ácidos se definen como sustancias que tienen un sabor agrio y un pH bajo (<7) y que hacen que el papel de tornasol se vuelva rojo. También reaccionan con bases (produciendo agua y compuestos iónicos llamados sales) y producen gas hidrógeno cuando se utilizan para disolver metales como el zinc y el hierro.

Químicamente, un ácido es una molécula o ion que actúa como donante de protones o iones de hidrógeno (ácido de Brønsted-Lowry) en una solución no acuosa. En agua, los ácidos forman iones de hidronio (H₃O⁺).

Un ácido se define alternativamente como una molécula o ion que acepta un par de electrones (ácido de Lewis). Un ejemplo es el trifluoroborano, que tiene un átomo de boro capaz de aceptar un par de electrones del amoníaco (NH₃) para formar NH₃-BF₃.

Los ácidos inorgánicos comunes incluyen los ácidos clorhídrico, sulfúrico, nítrico y fosfórico. Los ácidos orgánicos más comunes incluyen los ácidos acético, benzoico, cítrico y láctico.

En laboratorio, los ácidos se utilizan como reactivos o catalizadores en muchos tipos de reacciones químicas.

Los ácidos fuertes, como el ácido sulfúrico y el ácido clorhídrico, son muy corrosivos y tienen numerosas aplicaciones comerciales.

• El ácido sulfúrico se utiliza para procesar petróleo y minerales y para fabricar otros productos químicos, como el ácido nítrico.
• El ácido clorhídrico se utiliza para encurtir acero y otros metales.
• Algunos ácidos se utilizan como neutralizadores para producir sales; por ejemplo, el nitrato de amonio se produce a partir de la reacción del ácido nítrico con amoníaco.
• Muchos ácidos también se utilizan en el sector de alimentos y bebidas.

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